El alto precio climático de las importaciones agrícolas de China y UE desde Latam

Los sistemas de producción de carne vacuna y de soja están detrás de la mayor parte de la deforestación y generación de emisiones GEI por parte de la industria

Entre el 29 y el 39% de las emisiones de carbono relacionadas con la deforestación tropical se ven impulsadas por el comercio internacional de productos agrícolas.
10 de enero, 2022 | 01:35 PM

Bloomberg Línea — Dos sistemas de producción agrícola se encuentran detrás de gran parte de la deforestación y la generación de emisiones GEI (gases de efecto invernadero) por parte de la industria, responsables también de una significativa afectación en el cambio de uso de suelo en América del Sur: el vacuno (de carne y cuero) y el de la soja (grano y aceites).

De acuerdo con el Wilson Center, entre el 29 y el 39% de las emisiones de carbono relacionadas con la deforestación tropical están impulsadas por el comercio internacional de productos agrícolas, sobre todo en lo relacionado con la exportación de carne y semillas oleaginosas. “Cuando los árboles se talan, se queman o se dejan pudrir, su carbono almacenado se libera a la atmósfera”, apunta el organismo.

Esta deforestación también afecta al régimen de lluvias y aumenta las temperaturas locales, lo que a su vez ocasiona un riesgo para la misma productividad de los productos agrícolas.

Wilson Center pone un foco de atención en las importaciones de la soja y carne que realizan China y la Unión Europea (UE) desde Brasil, Argentina y Paraguay, en un reciente informe que retoma datos de la iniciativa Trase sobre comercio y financiación de materias primas que provocan la deforestación.

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En 2018, alrededor del 80% de las áreas deforestadas en la Amazonía brasileña se destinaron a pastos, y casi toda la deforestación directa en el Chaco en Paraguay fue impulsada por la expansión de los mismos. La producción de soja también ha sido responsable de acabar con grandes cantidades de vegetación en el Cerrado brasileño, la sabana con mayor biodiversidad del mundo. Wilson Center señala que está indirectamente relacionada con la deforestación por medio del desplazamiento de los pastizales como es el caso de la Amazonía.

La expansión de los pastizales para la producción ganadera ha sido una de las causas de esta enorme destrucción, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, problema al que se le suma la soja a medida que aumenta la demanda pues grandes áreas de tierra natural se utilizan en plantaciones de esta leguminosa.

El comercio internacional de productos agrícolas se asoció a 1,3 millones de hectáreas (ha) de deforestación tropical en 2017, una superficie 10 veces el tamaño de la ciudad de Nueva York, según datos que recoge la investigación.

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China y la Unión Europea estaban vinculadas al 40% de estas pérdidas, representando 305.000 y 202.000 hectáreas de deforestación, respectivamente, y más de la mitad de esa deforestación se asoció a las importaciones desde América del Sur. “Como mayores importadores de soja y carne de vacuno del mundo, la Unión Europea (UE) y China desempeñan un papel fundamental en las cadenas de suministro de estos productos. Ambas tienen el poder de acelerar la agenda de la sostenibilidad e influir en la forma en que se producen y comercializan estas materias primas”, señala el informe.

Más del 77% de la deforestación relacionada con el comercio chino se asoció a la soja y a la carne de vacuno de Brasil. En el caso de la UE, el 76% de su deforestación estuvo relacionada con el comercio de productos de soja de brasileños y paraguayos.

¿Qué pasa con la soja?

China y la UE son los mayores mercados de consumo de los productos de soja sudamericanos, al representar el 55% (71,7 millones de toneladas) y el 16% (20,6 millones de toneladas), respectivamente, de las exportaciones en 2018.

La región conocida como Matopiba, principal frontera agrícola en el Cerrado brasileño, fue responsable de casi el 75% de la deforestación vinculada con exportaciones de soja de Brasil, y las emisiones de carbono por tonelada fueron seis veces mayores que la media nacional en ese mismo año.

Casi el 90% de la deforestación en Matopiba es probablemente ilegal debido a la falta de permisos de deforestación. En 2020, cuatro de los cinco municipios con mayores tasas de deforestación en Brasil eran también los municipios donde se concentraba la deforestación asociada a las exportaciones de soja y carne de vacuno.

¿Qué pasa con la carne?

Brasil suministró un tercio de las importaciones de carne de vacuno de China y el 18% de las de la UE en 2019. Argentina y Uruguay son también fuentes relevantes de carne, pero la deforestación relacionada con estas exportaciones es pequeña en comparación con las exportaciones brasileñas.

Los 2,1 millones de toneladas de exportaciones globales de carne vacuna de Brasil provocaron 113.000 hectáreas de bosques arrasados y unos 37 millones de toneladas de emisiones.

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En 2017, las importaciones chinas de carne vacuna de Brasil se asociaron con 40.000 ha de deforestación, frente a las 5.000 ha para las importaciones de la UE.

Empresas en el mercado

Solo un puñado de empresas domina el mercado. Al menos la mitad de los envíos al exterior de soja se concentran en manos de cinco exportadores. ABCD (ADM, Bunge, Cargill y Louis Dreyfus), junto con COFCO International, representan el 56% del comercio de soja desde Brasil, Argentina y Paraguay hacia China. El patrón también se mantiene para las exportaciones a la UE, con Bunge, Cargill, Louis Dreyfus, Amaggi (comerciante brasileño) y Vicentin (una comercializadora argentina), que representan alrededor del 53% de las exportaciones.

En el caso de las exportaciones de carne de vacuno de Brasil a China el dominio es aún más evidente. Las firmas JBS, Marfrig Global Foods, Minerva, Mataboi Alimentos, e Irmãos Gonçalves manejaron el 73% de las exportaciones en 2017. Estas mismas empresas, con la excepción de Irmãos Gonçalves, también desempeñan un papel clave en el comercio de Brasil a la UE, representando el 95% de las exportaciones.

¿Compromiso verde?

Wilson Center señala que algunas de estas empresas ya se han comprometido con cadenas de suministro libres de deforestación y han publicado recientemente planes de acción para cumplir sus compromisos.

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Alrededor del 60% de la soja exportada desde Brasil, Argentina y Paraguay a China y la UE fue comercializada por empresas con un compromiso de deforestación cero (ZDC), según datos de Trase.

“Las ZDC son un paso importante hacia un comercio más sostenible. Aunque los compromisos de las empresas son muy recientes, hay pocas pruebas de que aún reduzcan significativamente la deforestación asociada a las exportaciones de productos básicos”, apunta el autor del informe.

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Cada vez hay más medidas reguladoras, destaca, especialmente en la UE, que se desarrollan para abordar la deforestación asociada al comercio exterior, como la Ley de Medio Ambiente del Reino Unido y un marco jurídico de la UE. “Pero es fundamental que que estas regulaciones se basen en la ciencia y cubran todas las materias primas y las regiones en las que se producen estas materias primas”, remarca.

Las acciones de los mercados chinos y europeos pueden catalizar cambios positivos en la forma de producción y comercialización. Abordar los impactos ambientales asociados a las importaciones de soja y carne de vacuno procedentes de Sudamérica no sólo contribuirá a los objetivos internacionales en materia de cambio climático y biodiversidad, sino que también garantizará la seguridad a largo plazo de las cadenas de suministro, de acuerdo con el informe del centro.

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