Álvarez Agis: “El problema no es el largo plazo, el problema son los próximos 12 meses”

“No está mal que hayan diferencias dentro del Gobierno, lo que está mal es que sean tan públicas”, dice el exviceministro de Economía y director de la consultora PxQ, en una entrevista exclusiva con Bloomberg Línea.

"El Gobierno este año sí se ha demorado innecesariamente en presentar un plan", aseguró el exviceministro de Economía
15 de agosto, 2021 | 07:08 AM

Buenos Aires, Argentina — Cuando Cristina Fernández de Kirchner dejó el Gobierno en diciembre de 2015, también fue la despedida de la función pública para Emmanuel Álvarez Agis, quien se desempeñó como Viceministro de Economía entre 2013 y 2015 para luego fundar, junto a la ex subsecretaria de Planificación Económica Cynthia De Paz, la consultora PxQ, en la cual dirige el área de macroeconomía.

Pese a que su nombre haya sido mencionado para el gabinete económico cuando el peronismo regresó a la Casa Rosada en 2019, el economista optó por continuar en el sector privado. Entre otras cosas, porque ser ministro de Economía “es hoy el peor trabajo que le puede tocar a un político”, dijo en una entrevista con Bloomberg Línea.

Crítico por la falta de un plan económico y de la política monetaria de estas últimas semanas, Álvarez Agis se mostró optimista respecto al futuro, pero cauto sobre los próximos pasos: “El problema no es el largo plazo, el problema son los próximos doce meses”.

La siguiente conversación fue editada por motivos de extensión y claridad.

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Bloomberg Línea: El dólar blue ha reportado una tendencia alcista estos últimos meses: ¿qué herramientas hay para controlar la situación?

Emmanuel Álvarez Agis: El Gobierno tiene un diagnóstico de la inflación que es multicausal. En ese diagnóstico hay una sola herramienta que no utiliza y es que la tasa de interés se quedó corta. Hoy el Central tiene la misma tasa que cuando la inflación era del 36%. Entonces, de manera explícita el Central promueve la dolarización de carteras, porque la devaluación del tipo de cambio paralelo le empieza a ganar a la tasa de interés domésticas. En un marco de correcciones buenas que ha hecho en materia de políticas de administración de tipo de cambio faltó una muy básica, y es que al tenedor de pesos le convenga seguir siendo tenedor de pesos. En caso contrario, la dolarización de carteras va a continuar.

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Camino a las elecciones se prevé que habrá más gasto público y que se revisarán paritarias. Repercutirá positivamente en la actividad pero, ¿cuál será el impacto en la inflación y en el equilibrio fiscal?

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Este va a ser un año en el que el sesgo de la política fiscal ha sido bastante poco expansivo para ser un año electoral. La política fiscal de este año está más signada a los problemas que arrastra la economía argentina que por un gobierno que quiere ganar las elecciones usando este instrumento. Lamentablemente Argentina sale del Covid y de los últimos dos años de crisis macroeconómica con pocas posibilidades de estimular la economía utilizando la política fiscal.

¿No le gustaría ser ministro de Economía en este momento?

Ser ministro de Economía de Argentina en este momento es el peor trabajo que le puede tocar a un político. Porque debe enfrentar la reconstrucción de una casa y en su caja de herramientas sólo hay un martillo. Es el resultado de haber agotado el financiamiento externo por un sobreendeudamiento del Gobierno de Macri, agotar al prestamista de última instancia que es el FMI ─por una mala gestión de Cambiemos─ y luego haberse golpeado por una pandemia. No hay por dónde sacar el cemento, y el cemento son los dólares. En el acuerdo hay dos partes que fueron responsables, el Gobierno y el fondo, y el resultado es una tasa de crecimiento que está muy por debajo de cualquier par regional.

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El oficialismo cambió el tono respecto a las negociaciones con el FMI. ¿Son señales de que se acerca un acuerdo?

Argentina enfrentaba un desafío importante y es que el fondo reconociera el enorme error que fue prestarle al país US$ 47 mil millones sin pedir a cambio un control de capitales. Que el fondo lo haya reconocido debe haber llevado tiempo. Las partes deben estar más cercanas. Me cuesta concebir un Gobierno en el que Cristina sea vicepresidenta, se plantee un default con el fondo, porque ha dado sobradas muestras en el pasado de que honrar las deudas es una de sus máximas, por más que a veces cueste mucho. También ha mostrado que no es muy amiga de las negociaciones rápidas e irresponsables. Cómo ha sido este endeudamiento, que es el más grande del FMI y se resolvió en un fin de semana. Esta negociación llevó más tiempo, ese tiempo deteriora la economía argentina, pero a veces es mejor pagar ese costo que romper un acuerdo a los tres meses de haberlo firmado.

Suponiendo que el FMI reconoció el error, no ha habido una autocrítica por parte de Juntos por el Cambio. ¿Cómo impacta esa postura del principal espacio opositor?

Creo que es un pasivo para la economía argentina. Porque si se toma en serio las palabras de Macri, la política que propone si las urnas le vuelven a dar los votos es hacer lo mismo pero más rápido, y el resultado sería una crisis de deuda más grande y más rápida. No se puede pensar que el resultado de repetir la política económica sea algo distinto, porque probablemente pase algo peor. Esto le mete mucha incertidumbre a la economía argentina en su conjunto. Porque vos podes alcanzar un acuerdo de 10 años con el fondo el mes que viene, pero en dos años tal vez haya un cambio de Gobierno que modifique drásticamente ese acuerdo. El gran problema es que la mejor estrategia para llegar al Gobierno es que el que está hoy fracase económicamente, y es con lo que debe lidiar cualquiera de las dos principales coaliciones.

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Durante este tiempo, también han habido diferencias en el interior del Gobierno. ¿Cómo afectan a la gestión económica?

Lo negativo es que esas diferencias sean tan públicas. Es como los restaurantes que te gusta comer pero las condiciones de higiene son dudosas. Si abrís la puerta de la cocina posiblemente no lo comas. Lo mismo pasa con esta coalición, el plato en general está bastante bien, el problema es cerrar la puerta de la cocina.

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¿Qué perspectiva ve para los próximos años?

Keynes decía que en el largo plazo estamos todos muertos. Creo que Argentina es al revés, el problema no es el largo plazo, el problema son los próximos doce meses, en los que enfrentará una probable tercera ola de coronavirus con pocos recursos, debe arreglar y tener un acuerdo con el fondo consistente y debe lograr algún tipo de acuerdo en torno a ese programa con el fondo para en 2023 no se tire todo por la borda. Superado esos escollos, que no son menores, creo que las perspectivas para la economía argentina para los próximos cinco años son buenas.

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¿Coincide en que es necesario un plan económico?

El Gobierno este año sí se ha demorado innecesariamente en presentar un plan, y creo que en los próximos meses será corregido en el marco de las negociaciones con el FMI. Porque hay que ser serios respecto a cuándo se puede exigir un plan económico. El Gobierno asumió con dos urgencias: reestructurar deuda con acreedores y con el fondo. En ese momento un plan hubiera sido poco creíble. Lo mismo cuando apareció la pandemia. Ahora que esos problemas empiezan a resolverse, sí es necesario un plan, que no debe ser una proyección exacta de la dinámica macroeconómica de los próximos cuatro años, sino tener claro los objetivos y las herramientas para alcanzar esos objetivos.

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